"El filósofo francés Jacques Rancière propone un esquema general abstracto para pensar las sociedades, articulado sobre la la distinción entre policía y política. No hay que dejar que el término nos confunda, la policía no designa aquí un poder que reprime cuerpos o conciencias, sino una configuración (de lo) sensible que estructura jerárquicamente todo el espacio social: lo posible y lo imposible, lo visible y lo invisible, el sentido y el ruido, lo real y lo irreal. La policía establece un marco, un mapa de lo que es posible ver, nombrar, pensar y hacer. Nos fija a todos y a cada uno en un lugar determinado, que se define por una serie de funciones, títulos y competencias (o su ausencia). Busca la completitud: vigilar y gestionar permanentemente ese staqu quo para que ningún punto vacío o polémico lo fisure. Su pasión es la pasión del UNO.
La política, por el contrario, acontece cada vez que una práctica colectiva desarregla el mapa policial de lo posible y reconfigura las maneras de ver y de organizar lo real. Cada vez que un movimiento desplaza las fronteras que compartimentan a los sujetos, abriendo un espacio no identitario, incluyente, en el que cualquiera puede contarse. De ese modo, quienes bajo la gestión policial han caído del lado de la incapacidad, el ruido o la invisibilidad, entran disruptivamente en escena, exponiendo su capacidad para decir, ver (y mostrar), fabricar mundo común. Rancière explica que no hay un sujeto previo a la práctica política (un sujeto histórico, etc.), sino que la misma práctica política es el sujeto. Por tanto, la política es una realidad intermitente, precaria, inestable y “confiada sólo a la perseverancia de sus propios gestos”. Es un desplazamiento, nunca un estado, que actualiza el poder de cualquiera para hablar, pensar, decidir: la “igualdad de las inteligencias”."
Amador Fernández-Savater (2011): "El arte de esfurmarse; crisis de la cultura consensual en España", en El estado mental, nº 1; disponible en "Fuera de lugar", su blog para Público.
Comentarios
Publicar un comentario