"Esta visión de la acción y el discurso se opone a ciertas prácticas de análisis comunes, como la consistente en: a) ordenar el discurso por temas; b) diferenciar, dentro de cada tema, distintos paquetes de opiniones; c) “explicar” la diferencia de prácticas por la diferencia de opiniones. Esta práctica de análisis confina el discurso a su función referencial: los sujetos se limitarían a relatar hechos y opiniones. Sin embargo, si contemplamos los enunciados como jugadas de presentación de sí, al fragmentar el discurso perdemos una información esencial: el papel que juegan las distintas opiniones en la estrategia simbólica de los locutores (Riessman 1990; Potter y Wetherell 1987: 41). Si esta pérdida puede ser importante al tratar de reconstruir hechos —se cuentan unos u otros según la estrategia de presentación—, es demoledora cuando se pretende reconstituir los esquemas simbólicos de los locutores. Al basar el análisis en los argumentos más repetidos le damos...
"Si le monde social m'est supportable, c'est parce que je peux m'indigner" (Bourdieu)